Habilidades Directivas
Escucha activa
La escucha activa se refiere, como su nombre indica, a escuchar activamente y con conciencia plena. Pero no solo eso, sino que hay que expresar que estamos escuchando con atención. Así pues, la escucha activa tiene una faceta interna, basada en el interés que ponemos en centrarnos en lo que nos dicen y en comprenderlo, y otra externa, que consiste en reflejar en nuestros gestos y reacciones que estamos atentos a lo que la otra persona tiene que decirnos. Por tanto, la escucha activa no es oír a la otra persona, sino a estar totalmente concentrados en el mensaje que el otro individuo intenta comunicar y asegurarnos de que sabe que no pierde el tiempo hablando con nosotros.
- Aumenta el nivel de empatía
Se centra en la comprensión de las palabras expresadas por el interlocutor, así como en sus emociones, tono de voz, expresiones faciales y lenguaje corporal. La escucha activadirige la atención consciente y profunda hacia estos aspectos, además, junto con la comunicación asertiva, se logra establecer una conexión más profunda con la persona que habla. - Construye un ambiente de trabajo positivo
La capacidad de escucha desempeña un papel fundamental en la creación de un entorno laboral positivo al establecer un ambiente basado en el respeto, la confianza y la colaboración. Esto resulta en que cada persona se sienta apreciada y respetada, lo que potencia las dinámicas de grupo y las relaciones entre los colaboradores. - Mejora el compromiso con la empresa
La práctica de la escucha activa aumenta el sentido de inclusión, ya que cada integrante del equipo se siente como una parte esencial de la organización. - Ayuda a tomar mejores decisiones
La comunicación activa permite una toma de decisiones más informada, equitativa y eficaz. Promueve la comprensión de múltiples perspectivas y la generación de soluciones más creativas, lo que ayuda a prevenir errores y elevar tanto la calidad como el alcance de las decisiones tomadas. - Incrementa la productividad
Impulsa una comunicación clara y eficaz, lo que a su vez conduce a una mayor comprensión y colaboración en el entorno laboral. Estos factores, en conjunto, fomentan la mejora de la productividad, ya que reducen obstáculos y optimizan el enfoque en las tareas esenciales. - Potencia la comunicación
La escucha activa potencia la comunicación en el ámbito laboral, ya que crea un entendimiento recíproco, empático y respetuoso. Esto contribuye a establecer relaciones más sólidas, reduciendo los malentendidos y promoviendo una resolución de problemas más eficaz.
Inteligencia emocional
La inteligencia emocional es la capacidad de identificar, comprender y gestionar las emociones. Implica habilidades como la autoconciencia, el reconocimiento de las expresiones de otras personas y la regulación de las emociones propias para impulsar las conductas deseadas.Una persona emocionalmente inteligente es aquella capaz de gestionar las emociones para lograr resultados positivos en sus relaciones con los demás.
Mejor trabajo en equipo
Las personas que son más inteligentes emocionalmente son mejores para comunicarse que otras. Están abiertos a compartir sus ideas y también a escuchar las ideas de otras personas. Del mismo modo, es menos probable que tomen el control total, ya que también pueden pensar en los demás.
Los empleados emocionalmente inteligentes valoran los aportes y las ideas de sus compañeros de trabajo y es más probable que también confíen en ellos. Cuando tienen que trabajar en equipo, son considerados, reflexivos y respetuosos, lo cual es ideal para cualquier empleado.
Mejor ambiente laboral
Una fuerza laboral compuesta por empleados emocionalmente inteligentes ayuda a reducir el estrés y eleva la moral en el lugar de trabajo. La cultura de la empresa también tiende a ser mucho más fuerte cuando la oficina está llena de personal que se respeta y se lleva bien entre sí. Además, la oficina se convierte en un espacio donde las personas disfrutan de lo que hacen y disfrutan de la compañía de las personas con las que trabajan.
Mayor adaptabilidad a los cambios
Las empresas nunca deben quedarse estancadas. Es más probable que una empresa experimente cambios cuando sus empleados se centran en formas de mejorar tanto a ellos mismos como a la empresa. Aunque los empleados generalmente saben que los cambios dentro de una organización son lo mejor para la empresa, eso no significa que todos estén abiertos a ello.
Sin embargo, a los empleados con mayor inteligencia emocional les resulta más fácil adaptarse y tienden a aceptar el cambio y crecer con la empresa. Este rasgo de personalidad también tiende a ser contagioso, por lo que tiene un efecto positivo en otros empleados.
Potenciar fortalezas y minimizar debilidades
Los gerentes están acostumbrados a tratar con personas que se ponen a la defensiva cuando reciben comentarios constructivos, lo que puede generar frustración e impedir la productividad. Otras veces, a los empleados les cuesta entender sus limitaciones.
Las personas con alta inteligencia emocional son conscientes de sí mismas y, por lo tanto, saben lo que son capaces de lograr en un cierto período de tiempo, mientras que otras tienden a prometer demasiado y cumplir de manera insuficiente.
Mayor autocontrol
Las personas emocionalmente inteligentes saben cómo manejar situaciones difíciles. Ya sea que se trate de un superior al que no le gusta la calidad de su trabajo o de un cliente que no está satisfecho, es probable que haya situaciones en el trabajo que no sean fáciles de manejar. En estas situaciones, es importante mantener la calma y evitar un arrebato emocional.
Las personas con inteligencia emocional saben que actuar de manera irracional o negativa solo hará que la situación se intensifique. Pueden practicar la moderación y mostrar sus emociones de manera controlada solo cuando sea necesario.
Si quieres saber más sobre la inteligencia emocional, sus beneficios en el trabajo y cómo desarrollar las habilidades que la conforman, descubre los mejores libros sobre inteligencia emocional y las 10 mejores charlas TED sobre inteligencia emocional.
Asertividad, autoestima y empowerment
La asertividad es una forma de comunicación que consiste en defender tus derechos, expresar tus opiniones y realizar sugerencias de forma honesta, sin caer en la agresividad o la pasividad, respetando a los demás pero sobre todo respetando tus propias necesidades.
Sí, puedes aprender a ser más asertivo
Por fortuna la asertividad es un comportamiento que se puede aprender y mejorar. Se trata de una forma consciente de comunicar tus sentimientos sin dejarte llevar por las emociones, y se sustenta sobre la autoestima y confianza en ti mismo.
Favorece la retención de talento
Los profesionales de tu empresa se sienten más satisfechos, reconocidos y valorados en un ambiente de comunicación asertiva. Por ello, el talento existente desea permanecer en la empresa. Y los mejores profesionales externos pronto empiezan a sentirse atraídos por ese entorno tan atractivo de trabajo.
Mejores negociaciones
Los conflictos personales se bloquean y se desactivan con rapidez gracias a esta comunicación positiva. A menudo, su origen y sus agravantes derivan de conflictos o choques personales provocados por desencuentros al comunicarse.
Cuando se trata de alcanzar acuerdos, resolver incidencias o encontrar soluciones útiles, es mucho más sencillo en este contexto. Compartir las opiniones con claridad y sin molestar es esencial para ponerse de acuerdo en beneficio de todos.
Un liderazgo más efectivo
Los líderes persuaden sin imponer y cohesionan mucho mejor a sus equipos. Sus mensajes llegan con mayor relevancia y sin filtros o interferencias afectivas. Además, su ejemplo cunde y la escucha y la empatía se consolidan.
La participación es mayor, los profesionales se sienten más estimulados y libres para compartir opiniones. Así, se involucran más y la información fluye sin molestar.
Un mejor clima organizacional
Las relaciones humanas se optimizan y ganan eficacia. Pronto notaréis que las personas se entienden mejor, tanto en el plano horizontal como vertical.
Como consecuencia de ello, el ambiente laboral mejora. Los protagonistas se sienten más cómodos y desaparecen la agresividad, los malos modos y las faltas de respeto. Así, la creatividad y la colaboración crecen de modo exponencial.
Agiliza la resolución de problemas
Al erradicar los ataques, los menosprecios y la opacidad en la comunicación, es mucho más sencillo alcanzar acuerdos. Las conversaciones respetuosas acercan a la verdad y los conflictos se resuelven con más naturalidad y eficacia.
Eleva la proyección corporativa
La percepción de la empresa queda reforzada. Se asocia de manera progresiva y creciente a eficacia, buen ambiente, motivación y cohesión corporativa.
En consecuencia, se convierte en una marca atractiva, ejemplar y más satisfactoria para todos. Los profesionales desean formar parte de ella, los colaboradores se sienten más satisfechos y los clientes no tardan en conocer tu marca.
Neuroliderazgo
El neuroliderazgo aporta un enfoque innovador sobre cómo puede promoverse un estilo de liderazgo más humano en las empresas. Este estilo de liderazgo comienza a tener gran importancia en las compañías ya que garantiza el aprovechamiento del potencial de los trabajadores.
En primer lugar vamos a tratar el concepto de liderazgo para saber más tarde cómo el neuroliderazgo aplica sus técnicas en base a ello. Podemos definirlo como las capacidades que tiene una persona para influir sobre el resto y dirigirlos. En las empresas este liderazgo laboral se encarga de guiar y desarrollar los equipos de trabajo. Para ello aplica distintas técnicas que varían en función del estilo de liderazgo.
- El líder consciente es capaz de liderar sin miedo, festejando los éxitos.
- Además, tiene capacidad para reconocer y reclutar talento.
- En su equipo trata de ampliar la autonomía y el compromiso de sus miembros, invitándolos a abandonar su 'zona de confort' y a correr riesgos.
- Contribuye a hacer realidad la visión de la compañía, al ser capaz de alinear los retos del equipo con los objetivos estratégicos de la empresa.
- Es consciente de cómo evoluciona el sector que le rodea y, en consecuencia, detecta nuevas oportunidades y amenazas, así como cuáles son las perspectivas de los diferentes grupos de actuación que se relacionan con la organización.
Ayuda a adaptarse a los nuevos tiempos
Las personas son el principal elemento que diferencia a unas compañías a otras ya que disponer de colaboradores y equipos de trabajo altamente efectivos conduce a las organizaciones al éxito.
Asimismo, los líderes con nociones de neuroliderazgo desarrollan una mejor capacidad para comprender la conducta humana, de modo que cuentan con una valiosa herramienta de la que valerse para que las personas puedan alcanzar su máximo potencial; algo imprescindible en la empresa del siglo XXI donde el capitán humano es fundamental.
Facilita la formación de equipos altamente efectivos
Al analizar cómo son las conductas de las personas y cómo estas gestionan sus emociones, la disciplina del neuroliderazgo sirve de guía para construir equipos de trabajo altamente eficientes, en los que las capacidades de sus miembros se puedan complementar.
Ser líder «se fundamenta en la capacidad de empatizar y adaptarse a los interlocutores (trabajadores), pero el neuromanagement da un paso más allá; permite dominar y conocer cómo el lenguaje crea percepciones diferentes entre los colaboradores o incluso como puede ser fuente de motivación», explica Gina Aran.
Mejorar las soft skills
Es necesario que los profesionales trabajen el pensamiento crítico y adquirir más soft skills o habilidades suaves.
Es decir, conviene trabajar las habilidades sociales y de comunicación, la inteligencia social, la inteligencia emocional… lo que, combinado con la preparación profesional, facilita, en la práctica, una mejor interacción con otras personas y el trabajo en equipo.